domingo, 16 de agosto de 2009

Noosa National Park

Ayer, a las nueve de la mañana cogimos el autobús en la parada de la universidad. Hicimos transbordo en la parada de Sunshine Plaza, en Maroochydore, y cogimos la línea que va a Noosa. El recorrido es por la costa, se pasa por Coolum, por Peregian Beach, Marcus Beach y Sunshine Beach (todo es la misma playa) antes de llegar a Noosa Heads. La región de Noosa tiene varios pueblos, o urbanizaciones en la playa. Nosotros paramos en Main Beach, la última parada, para entrar en el parque. Ahí hay una calle con tiendas y restaurantes con terrazas en la acera.

Un portugués de la oficina de información turística nos dio un mapa de la zona y nos explicó los senderos que se pueden seguir en el parque. No te puedes perder, y los caminos están en buenas condiciones, no como cierta levada de Madeira ¿eh mamá?...
El camino número 4 (azul en el mapa) va por el borde del parque, junto al mar. De vez en cuando hay calitas de arena, de piedras redondas o de rocas cuadradas a las que se puede bajar.

Justo al empezar el recorrido una pareja de australianos nos dijo que había un koala un poco más adelante, pero no lo vimos hasta la vuelta, por la tarde. Por lo visto estaba en el mismo sitio, menuda siesta.

La primera playa, aparte de la Playa Principal, es Little Cove.


Quizás tardamos 40 minutos en llegar a Hells gates, que no es para nada tan impresionante como parece indicar el nombre.

Desde allí bajamos a la playa de Alexandria Bay (es nudista), se tarda 20 minutos. El agua está fría, pero en fin, ¡no puedes ir a una playa en Australia y no bañarte!


A las 6 menos algo de la tarde cenamos viendo la puesta de sol en la playa, Main Beach.



miércoles, 12 de agosto de 2009

Rayos y Perseidas

Hace un rato decidí ir dentro de un rato al campo abierto, para ver la ligera lluvia de meteoritos que, con suerte, se verá sobre el horizonte norte, tal como me dijo Google. Pero de repente, “fuera del azul”, como se dice en inglés, ha empezado una tormenta típica australiana. En verano por lo visto son mucho peores.

Vasta es la tierra y vasto es el cielo en Australia. Los truenos son tremendos, y los relámpagos hermosos. El cielo al completo se resquebraja sobre nosotros, en vertical y en horizontal; y no hay absolutamente nada que nos proteja, solo el techo de aluminio de los apartamentos de la residencia. La luz es hechizante, es una pena que dure tan poco… La mitad de los estudiantes corren a cerrar las ventanas y recoger la ropa tendida, la otra mitad miramos desde el balcón, mojándonos los pies en chanclas.




Según escribo estas últimas líneas, la tormenta se aleja. La gente ya habla de nuevo y los cuervos reanudan su eterno jaleo. Dentro de veinte minutos, todo estará como antes, y quizás pueda salir de excursión a ver las Perséidas.