jueves, 31 de diciembre de 2009

El viaje de vuelta

Resumen de mis pensamientos y reflexiones finales

Domingo 27 de diciembre, 2009

Ya he vuelto de mi Australia y estoy en Miajadas para pasar las Navidades con mi familia. Volví el dia 24, pero cogí el avión el 23 a la hora de comer.

Estuve llorando todo el camino, que fue un dia entero. Cuando paré en Singapur, antes del vuelo de 13 horas, fue el peor momento. Me sentía partida por la mitad, con una parte en Australia en casa de Nick, y la otra parte en España pensando en mis padres y mi hermana. Es una sensación muy fea, el no estar en ninguna parte y querer estar en ambas a la vez, completamente sola en un aeropuerto lleno de extranjeros.

Este ha sido el mejor verano de mi vida, además porque ha sido el más largo de todos, jajaja. Pero justo ahora que he vuelto y vuelvo a mirar gente conocida y sitios familiares que han estado conmigo toda mi vida, parece que Australia fue un sueño. Intento recordar los últimos momentos, pero me parecen una película, y no me despiertan nada en mi interior. Miro las fotos todos los días, pero no consigo transportarme de nuevo allí, es como si las fotos fueran de otra persona. Y eso me pone muy triste.

Porque yo no quiero olvidar nada, y sobre todo no quiero olvidar lo feliz que he sido, y quiero estar igual de feliz por todo lo que he vivido.

Ahora que está todo en español de nuevo, parece falso todo lo que he pensado, escuchado y dicho en inglés. Necesito hablar en inglés de nuevo con la gente de allí para saber que todo fue verdad. Pero lo que más me ayudaría sería poder tocarla.


Antes de irme tenía ganas de empezar de nuevo otro tipo de vida, porque estaba cansada de todo esto que conozco y de la gente. Cuando llegué estuve echando de menos todos los pequeños detalles cotidianos, e incluso las nimiedades que me cabreaban. Estuve en contacto con mi gente de España, y notaba que el tiempo pasaba, que la vida seguía para todos, para mí allí y para ellos aquí. Pasados unas semanas comencé a adaptarme y aprendí a no acordarme de España. Hice el esfuerzo por no querer saber lo que pasaba en casa, para poder dedicarme a mí misma completamente en Australia y disfrutar al máximo. (Al fin y al cabo estaba viviendo en Australia, mi vida no continuaba en España, se había trasladado conmigo). Cuando pasaron suficientes meses y la fecha de vuelta se acercaba, comencé a echar de menos mi país con sus costumbres y su gente, mi familia y mis amigos y empecé a hablar de todo eso de nuevo. Pero cuando la fecha del vuelo se hizo inminente, dolía pensar en que iba a volver. Duele pensar que quizás no vuelva a ver nada de Australia, aunque me convenza de que tengo que volver, aunque sea para visitar lo que no me ha dado tiempo.

Ahora que he vuelto, parece que el tiempo no ha pasado, parece que he estado durmiendo una semana, y todo sigue igual aunque un poco más avanzado en el tiempo. (cortes de pelo, asignaturas nuevas…). Y por eso parece que los 5 meses y pico de Australia han sido completamente un sueño.
Y quiero llorar pero aún no puedo, porque aún así estoy contenta de ver a mis padres y a mi hermana.

Quiero pedir perdón por no haber mandado correos a menudo. Prefiero contar las cosas en persona

Vacaciones en casa

Volví a la casa de la familia de Nick y me quedé allí hasta el último día.

Me despedí de Julia el viernes 18 y de Mim y Cyrielle el 21. Parece mentira que las Navidades estuvieran tan cerca. El árbol estaba puesto, y los regalos bajo él también, pero el calor era insoportable, y no pegaba nada.


El 23 de diciembre me llevaron al aeropuerto internacional de Brisbane y lloré.
See you, Australia.

The Big Trip: Melbourne, 6 días

Estuvimos en Melbourne (capital del Estado de Victoria) dos días antes de la excursión y 4 días después, a partir del 11 de diciembre.

Nos quedamos en King Street, en una habitación de 16 camas, y donde el vecino de debajo de mi litera tenía unos pies biopeligrosos. Las dos primeras noches tuvimos suerte, porque nos pusieron en un dormitorio de 4, y pagamos lo mismo que si hubiese sido el de 16.
Vimos el centro de Melbourne en un rato, corriendo detrás de Julia que iba buscando urgentemente una tienda. Los siguientes días vimos South Bank, Parklands, un trocito sólo del jardín botánico (porque son iguales en todas las ciudades que vimos), el río, la plaza Federation Square, y nos montamos en el tranvía turístico. Hicimos una excursión de un día entero, al Museo de Melbourne y un dia cenamos en los puestos de Victoria Markets. También fuimos al barrio Saint Kilda, que es más hippy, está lleno de gente extraña y de pastelerías.
En Melbourne hay muchos restaurantes y bares con comidas de todas partes de Europa y de Asia. Hay una gran población griega e italiana allí.

A la pregunta "¿Qué prefieres, Melbourne o Sydney?" respondo "Sydney". Sydney es más limpia, más grande, más elegante, con más agua alrededor y parece más entretenida.
Ambas capitales creo que se disfrutan más sólo si vives allí durante un tiempo, porque atracciones turísticas tienen pocas, a mi parecer.

En Melbourne estábamos ya cansadas de viajar, de vivir en una maleta, de estar fuera de casa… Julia y Hannah hablaban en alemán entre ellas cada vez más, Cyrielle hacía fotos de nosotras en todo momento, y yo me acordaba de la pata de jamón que siempre hay en mi casa.
El día 15 despedimos a Hannah y nos fuimos las que quedamos al aeropuerto diminuto de Avalon.

The Big Trip: Adelaide, 3 días.

El día 6 de diciembre volamos a Adelaide (capital del Estado de South Australia), dejando a Ann por el camino.

Después del ajetreo de Sydney, Adelaide fue como parar en casa durante un fin de semana. Es muy silenciosa y tranquila. Los de Sydney dicen que en Adelaide se tarda hora y media en andar media hora. (Ya no me acuerdo del dicho exacto, pero esta es mi versión)
Apenas hicimos nada, aunque tampoco había mucho que hacer. Visitamos la playa en Glenelg, andamos por la ciudad para ver los edificios antiguos, que son muy bonitos, pasamos las tardes en cafeterías y fuimos a ver una película en el jardín botánico al aire libre.Tuvimos que coger un taxi para llegar, pero se creyó muy listo, e ignorando que en nuestro grupo iban dos alemanas intentó colarnos 30 dólares por un equívoco deliberado. Julia se cabreó y pagamos 5 dólares. Aún así el taxista paró donde no debía, y nos perdimos andando al intentar buscar el parque. Al final llegamos media hora más tarde pero la película no había empezado (la parsimonia de los Adelairdos).

El hostal (Hostel 109) parecía que había sido un hostal antiguo, era un edificio de techos y puertas altas, suelo de madera y ventanas de guillotina. Muy limpio y acogedor.Cyrielle descubrió el truco para probar las comidas de los demás huéspedes: quedarse mirando con todo el descaro la olla mientras uno hace como que cocina en la suya propia.

The Big Trip: Great Ocean Road, 2 días


Para hacer el tour Great Ocean Road, volamos a Melbourne el día 8 de diciembre, y el 10 nos vino a recoger el minibús.

Vimos Bells Beach y Apollo Bay, los 12 Apóstoles que son rocas de acantilados de arenisca y hace un frío que pela; el puente de Londres, que se rompió hace poco dejando dos turistas solos subidos en una roca sin poder cruzar; una selva jurásica y una reserva de koalas.

El segundo día fuimos a las montañas Grampians, también de arenisca, a la catarata McKenzie (que después de las de Kakadu no era nada, aunque las escaleras que hay que bajar y luego subir con un buen ejercicio), y a una bodega de vino. En el sur de Australia hay muchos campos de cultivo y dedicados al ganado de vacas y ovejas. El vino también es importante en Victoria y en South Australia.


The big Trip: Sydney, 5 días


El día 1 de Diciembre bajamos hasta Brisbane, donde cogí yo otro avión hasta Sydney, que es la capital de New South Wales, y es la ciudad más grande de Australia. Era verano, pero en Sydney hace frío como si fuera Dublín.

Nos quedamos (Julia, Hannah, Ann, Cyrielle y yo) en el hostal Base Backpackers, que está muy bien, aunque no es de los más baratos. Subimos a la Torre de Sydney, paseamos por Hyde Park y los jardines botánicos, fuimos a Darling Harbour y Circular Quay, al aquarium, y nos montamos en el Monorrail y en los Water Taxi.



Nos hicimos millones de fotos con el famoso puente y la famosa ópera, entramos en un museo de arte contemporáneo, y fuimos por la noche a los mercados de The Rocks, la zona antigua construida por los convictos. Salimos por la noche un día, pero era demasiado tarde y acabamos en un lugar pijo bebiendo cócteles carísimos.



Tras ver Sydney, odié Brisbane. En Sydney las calles también están llenas de edificios antiguos y muy modernos a la vez, pero el ambiente es mucho mejor. (Está claro, es la ciudad más improtante.) Es elegante y limpia, y tiene muchísima actividad a todas horas. En los puertos hay restaurantes y siempre hay personas comiendo. La multiculturalidad es enorme, y la cantidad de turistas también.

The Big Trip: Whitsundays, 5 días.

El día 25 de noviembre acabé los exámenes, recogí y limpié el cuarto, hice la maleta y al día siguiente por la mañana temprano me fui con Nick a Whitsunday Islands.


Llegamos desde Brisbane a Hamilton Island. Hay también vuelos a la costa, pero el aeropuerto (Proserpine) está lejos, y Airlie Beach, que es el pueblo de donde salen los barcos a las islas no tiene nada que ver, es un pueblo dormitorio. En el camino que nos llevó desde Hamilton a South Molle Island, donde nos quedamos, vimos una tortuga marina enorme. Son muy difíciles de ver, porque sólo suben a la superficie para respirar durante unos segundos y después desaparecen en el fondo. El complejo turístico donde nos quedamos estaba casi vacío, lo teníamos para nosotros solos. Eran bungalows rodeados de mucha vegetación, como una selva, y a la orilla de la playa. Teníamos una serpiente viviendo en los arbustos y un nido de hormigas verdes a la puerta de casa. (De las que les chupas el abdomen y sabe a pica pica.)


Las playas allí no son como en Sunshine Coast, son estrechas y poco profundas, de rocas y esqueletos de coral. Sólo hay algunas playas de arena, pero supongo que están en las islas privadas y las islas para ricos. La playa de arena más famosa es Whithaven Beach, que está hecha de sílice casi al 100%, y es de la que está hecho el telescopio Hubble. Al día siguiente fuimos a explorar la que posteriormente supimos que era Middle Molle Island, trepando por rocas llenas de caracolillas diminutas que se clavan en los pies. Al llegar a la arena no fue mucho mejor, porque el coral pincha bastante. Tuvimos que volvernos pronto, porque el camino que une South Molle con Middle Molle se cubre cuando sube la marea.



Los demás días seguimos explorando casi todos los demás senderos, que te llevan por la isla entera. Sandy Beach me pareció decepcionante en cuanto llegamos: también tiene esqueletos de corales por todas partes, y no te puedes bañar en condiciones porque el agua no es profunda y los corales son grandes. De todas formas, cuando sube la marea es más fácil bañarse, y merece la pena. El paisaje es precioso, y la sensación de soledad total da un poquito de susto.Digo sensación nada más porque de vez en cuando parejas o grupitos de turistas aparecía en las playas montados en lanchas y veleros de alquiler, que venían desde las islas de alrededor.



El domingo hicimos una excursión de un día con un grupo de gente a Whitheaven Beach. Paramos también para hacer snorkel un rato y ver los corales vivos.


El sitio para hacer snorkel no era espectacular, los corales estaban esparcidos entre las algas muy separados. Pero la gente descubrió un montículo enorme, lleno de corales desde el fondo hasta arriba, a menos de un metro de la superficie. Estaba repleto de corales naranjas y amarillos, almejas gigantes del tamaño de dos cabezas, y bancos de peces pequeños brillantes azules y lilas. Había también algún pez aguja, y anémonas. El tiempo que estuvimos allí me pareció ridículo, a mí que me gusta observar cada mínimo detalle y estuve nadando alrededor y por la superficie del montículo, y bajando a lo oscuro hasta que me dolieron los oídos.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Twister

En Queensland tampoco hay cuatro estaciones, están sólo el invierno y la época de tormentas.
Ya llevan anunciando durante unas semanas anuncios de seguros a todo riesgo para las casas, anuncios de coches todoterreno y anuncios para que la gente tenga cuidado de no andar cerca de cables de alta tensión ( y te dan los números de emergencia en carretera).
Ayer sufrí una de las tormentas especiales de Queensland. Hizo un calor tremendo desde las 6 de la mañana, cuando el sol ya lleva un rato fuera, y a eso de las 4 se empezó a nublar. Primero empezaron los rayos, y salimos a la calle a intentar hacer fotos. El calor era aplastante.
Fue precioso, el cielo se partía literalmente, teníamos la tormenta encima, y podiamos ver rayos que empezaban en la distancia y se esparcían por todo el cielo en múltiples brazos sobre nuestras cabezas. (Decidimos entrar en casa por si acaso). El viento al principio era muy caliente y sólo llovieron gotas finas. Al rato se calmó y empezaron a llover gotas gordas y lentas.
Los rayos no pararon durante toda la tarde y parte de la noche, en ráfagas intermitentes y mientras tanto apagamos las luces y pusimos la peli de Twister.

jueves, 5 de noviembre de 2009

A Day At The Races

3 de noviembre 2009, Melbourne Cup. Es un día muy importante en Australia, incluso paran las clases.

Los australianos son aficionados a tres tipos diferentes de fútbol (que aún no logro entender), al cricket y a los caballos.
El día de las carreras todos los australianos se disfrazan de pijos y van a los hipódromos de los pueblos que tienen más cerca, si no pueden ir a Melbourne. Yo me disfracé de australiana y me fui a Caloundra.
El día de las carreras incluso la gente que no apuesta nunca, lo hace. Yo aposté 2 dólares a un caballo que me dio buena espina, pero llegó el tercero por detrás... Tom, apostó varias veces y se ganó 100 dólares, pero claro, él conoce los caballos porque va de vez en cuando a las apuestas.
El día de las carreras es un híbrido entre el miércoles de feria y una boda. Es una excusa más de los australianos para beber y salir por la noche. Otra excusa para beber es el día de después de Navidad, que se llama Boxing Day. Yo me compré los tickets para la barra del bar, confundí sin querer a la mujer, y me gané el doble de tickets por la mitad de precio. Como soy buena no me lo bebí yo todo, e invité a las niñas que vinieron conmigo. ¡Champán gratis!










viernes, 30 de octubre de 2009

Gardners Falls y Kondalilla Falls

El martes me fui de excursión al campo con Nick y su hermana Tahlia.

A 40 minutos de casa (1 hora de la costa), hacia el oeste están las montañas.


La primera parada fue para ver las Glasshouse Mountains, que están cerca de Landsborough. Pero antes de encontrar el camino nos perdimos y estuviemos subiendo y bajando cuestas con el coche por unas carreteras estrechas, sin quitamiedos ni línea central.

Gardners Falls no se muy bien donde están, porque nos perdimos de nuevo. Es un sitio donde van muchos chavales a pasar el día, pero el martes estaba todo solitario.
Después fuimos en dirección Maleny hasta Montville, que es una calle solamente de casitas bonitas y muchas tiendas de artesanía. Desde la carretera se ve el lago Baroon, es una vista preciosa, pero no paramos porque no encontramos el mirador.


Kondalilla Falls es una selva. Parece que donde quiera que haya agua en Australia crece la vegetación de la forma más salvaje que puede. Nos bañamos y exploramos escalando por las rocas un rato, y después nos fuimos a andar por los senderos.



Esta foto se titula "the funniest picture ever!" Es de una rana que se parecía a mí.

Me llevaron hasta Bárbol. Es un árbol inmenso hueco por dentro. Creemos que está formado por plantas escaladoras que crecieron hace años alrededor de un árbol, y al engordar el tronco y endurecerse lo mataron.

A las 3 de la tarde más o menos nos dimos la vuelta para volver al coche ¡y de repente empezó a llover! A nosotros nos dio igual, porque íbamos en bañador y toalla, pero varios turistas que dejamos atrás acababan de empezar el sendero, no sabemos qué fue de ellos.
Paramos a merendar en Landsborough unos pasteles que se llaman Caramel Pie, más empalagosos...
Fue una excursión muy bonita.

La ciudad

Brisbane es la capital de Queensland, y es la única ciudad a la que he ido hasta ahora; donde las calles son calles y los peatones llevan zapatos.

Este es el Museo de Brisbane.

Este es el Casino. El río está justo a la derecha, que no se ve, claro está. Me asomé a la puerta pero un portero me miró con mala cara...

Comparado con el resto de poblaciones de Sunshine Coast, es un sitio muy estresante, y el tráfico es horrible. Tiene aproximadamente dos millones de habitantes, y ¾ partes de los estudiantes universitarios son asiáticos. El paisaje lo forman gigantes edificios de oficinas, situados a la orilla del río, que reflejan, de vez en cuando iglesias pequeñitas de piedra.



Brisbane no tiene playa, pero tiene una piscina con arena falsa en uno de los paseos, en South Bank. Es un lugar pintoresco. La piscina está en mitad del parque, literalmente, sin vallas ni nada; y se llena de gente los fines de semana.
Cuando fui a visitar Brisbane por primera vez con Julia el día 23 de agosto, después de andarnos todo South Bank, fuimos a Botanic Gardens, que es otro parque con muchos árboles, pero no es un jardín botánico verdadero.

Otro parque bonito es Roma Street Parkland, en la foto. Buena parte del parque es cuesta y tiene una pequeña cascadita y puentes de madera entre los árboles. Por lo visto ese día se celebraba el cumpleaños de Krishna (como supe después), pero no visitamos ninguna de las carpas que había porque eran las 2 de la tarde y hacía un calor de muerte. En vez de eso fuimos a tomarnos unas cervezas a Fortitude Valley, donde está el barrio chino (que no es gran cosa). Dormimos en casa de Ben, un amigo de Julia, que vive en el campus de Griffith University, a media horita en las afueras.

Esta es una foto desde un barco en el río. Este barco forma parte del transporte público de la ciudad.

Brisbane está completamente rodeado de barrios residenciales donde las calles son como aquí. No se puede ir a ninguna parte sin un coche. De vez en cuando entre las casas hay un núcleo de tiendas, comida rápida, gasolinera y taller de coches, lo imprescindible para los ciudadanos y me parece una zona inhóspita. Muchos de estos barrios, sin embargo, son antiguos, y las casas son las tradicionales de Queensland. Estas casas están construidas en madera sobre pilares, de forma que el aire que circula por debajo las mantiene frescas.




martes, 20 de octubre de 2009

Primavera... ¡primavera!

nana nanana, nana na nana,
nana nanana na nana na nanaaaaaaaaaaaaa

Antes de ayer tuvimos otra tormenta salvaje. Ya se nota la nueva estación. Ahora el tiempo hace lo que le da la gana.

Después de volver del viaje, hace más de un mes, comencé la rutina de nuevo. Me he acomodado, y creo que los demás estudiantes también. Me he vuelto una vaga. Si recapitulo lo que normalmente hago todos los días se puede resumir en comer, dormir, asistir a clase un par de horitas, trabajar otro par de horitas, pasear y sentarse en la terraza a charlar o en el sofá a ver alguna película. Bueno, eso no es un resumen, es realmente lo único que hago, con pelos y señales. ¡Ah! Y de vez en cuando voy a casa de Nick a tocar el piano.

Ya no me esfuerzo en entender inglés como antes, normalmente me entra todo solo por los oídos, y cuando no entiendo algo, yo contesto lo que se me ocurre, por si cuela. O sonrío, como comodín.
También me he dado cuenta de que se me escapan de nuevo palabras en español, porque no presto atención a que tengo que hablar en inglés.
El objetivo de pensar en inglés, entonces, está cumplido. Sin embargo me siento un poco decepcionada conmigo misma, porque aún no logro hablar fluido, mi vocabulario no aumenta, y cada vez que conozco a alguien nuevo, me cuesta entender el acento, como el primer día. Supongo que es el efecto que tiene volverse vaga.
Por cierto, el español hablado lo he olvidado por completo.

Pongo unas fotos del sábado, que fuimos al bosque de Buderim, aquí al lado.




Aquí nos sentamos a merendar dulces, sobre las rocas. Un poco más abajo está la cascada, y una pequeña piscina natural donde la gente se baña.

jueves, 15 de octubre de 2009

The Top End: Dia 6

Bueno, ya va siendo hora de que acabe el resumen del viaje al Territorio Norte, que me coge el toro.
El sexto día era domingo y estaba todo cerrado. Desde por la mañana temprano, Sven, Manuela y yo nos fuimos a andar por Darwin. Manuela es de Viena, aunque tenga un nombre español. Me la encontré perdida por el albergue, la recogí, la invité a desayunar conmigo y me la llevé a andar.
Primero fuimos a ver el jardín botánico, que estaba un poco abandonado. Solo tiene árboles y una cascada feucha. Qué lástima tener una ciudad con el nombre de un naturalista, y que el jardín botánico no sea muy bueno. Aprendí que Darwin no es un homenaje a Darwin. De todas formas, es agradable pasear bajo la sombra de los árboles.


Después nos fuimos a comer a un restaurante griego en el puerto marítimo. Nos lo merecíamos, por la pechá de andar.
Por la noche (aquí se dice noche a partir de las 4.30) fuimos al mercadillo que ponen en Mindil Beach. Los jueves es más grande, pero la versión de los domingos no está nada mal. Es una tradición subir a la playa a ver la puesta de sol. Se llena todo de puestos de comida de Asia y de puestos de artesanía. También hay música en directo.
Nos compramos cada uno un batido de frutas tropicales y esperamos sentados a que el sol se fuera.

Manuela había ido al mismo tour que yo, y había cogido un buen puñado de tickets de comida gratis para el mismo sitio al que fui cuando volvimos de Kakadu; así que pudimos cenar los tres sin pagar nada, dos platos cada uno.

Recogí mis cosas y me fui al aeropuerto, a esperar al avión, que salía a las 6 de la mañana. Desde el aeropuerto de Brisbane hay que coger un tren hasta la ciudad, otro tren hasta Caboolture, un autobús hasta Landsborough y otro autobús hasta Sunshine Coast University.
Llegué a casa el lunes 14 de septiembre, hartita de viajar y con ganas de no hacer absolutamente nada.

viernes, 9 de octubre de 2009

The Top End: Dia 5

Llegué reventada del tour, pero aún me quedaban ganas de más. Por eso me fui a la aventura, improvisando, a Katherine. Lo único que tenía preparado era el billete de autobús de Greyhound. El Greyhound es el único autobús que te puede llevar a los sitios desde Darwin, y salen dos al día. Va hasta Alice Springs, y a varios sitios más. El transporte no está muy bien preparado, pero teniendo en cuenta lo poco poblado que está el Territorio Norte, poner más medios quizás sería un gasto de dinero.
Tardé aproximadamente 3 horas en llegar a Katherine, a eso de las 10 de la mañana. La primera impresión fue llegar a un pueblo abandonado, con un calor de muerte, un hambre de muerte y una sed de muerte. Katherine es una calle con edificios de una planta alrededor, que son algunas tiendas de cosas, estación de autobús, correos, gasolinera, taller de coches, oficina de turismo y poco más. Tiene una alta población aborígen, que en su gran mayoría son bastante pobres. Viajan en el Greyhound de Katherine a Darwin para ver a la familia y vicecersa, con enormes bolsas de cosas, y niños de la mano.

Me compré una "meat pie" que estaba malísima y me fui a Nitmiluk National Park en el único minibús que te lleva 2 veces al día.
Ese día en Nitmiluk celebraban el 20 aniversario de la entrega del parque a los propietarios originales aborígenes, así que había muchos hippies y aborígenes con instrumentos por allí.
Me alquilé una canoa de una persona y me fui a remar por la garganta (Katherine Gorge). Sólo la primera parte y la segunda son "remables", a las otras 11 se puede acceder sólo en barco.
La canoa estaba mal construida y nada más que hacía girar sobre sí misma , conmigo dentro. Tardé una hora en llegar a la mitad de la primera garganta, estaba agotada y hambrienta, así que aparqué en una de las calitas de arena y me comí el almuerzo. En teoría puedes bañarte durante todo el recorrido, hay cocodrilos de agua dulce, de los que no comen personas. Yo pensaba darme un chapuzón, pero justo a tiempo me avisaron que ¡había aparcado en una de las zonas donde los cocodrilos anidan! No he corrido más en toda mi vida. Recogí todo como pude y me fui dando tumbos con la maldita canoa de vuelta al embarcadero.
Mientras recogía la fianza de la canoa me encontré a dos mujeres de Darwin que me había estado dando ánimos desde su canoa al ver mi cara de agobio. Me invitaron a helado y me llevaron gratis a Katherine en su coche, a tiempo para coger mi autobús de vuelta a Darwin.


Este día fue el día de iniciación como mochilera auténtica. En verdad dependía de alguna buena persona australiana para volver a Katherine en coche desde el parque nacional, porque el bus que llegaba de vuelta a Katherine habría llegado con el tiempo en el culo. ¡Arriesgarse es lo que hay que hacer, hombre!

jueves, 8 de octubre de 2009

The Top End: Dia 4

El último dia del tour lo pasamos en Litchfield National Park, más cerca de Darwin que Kakadu. Lietchfield National Park es más pequeño, con más agua y con más vegetación.

A alguna gente les gustó éste más que Kakadu, pero a mí me gustaron ambos. En Kakadu puedes sentir la inmensidad del mundo. Realmente Kakadu no es nada comparado con el mundo entero, y quizás la sensación de grandeza sea mucho mayor en otro lugar; pero para mí, ver tanta tierra, tantísimos árboles, tanto espacio sin tocar por las personas... es realmente emocionante. El ambiente es tan extremo, que vivir como vivimos ahora no tiene sentido allí arriba, te dan ganas de quitarte la maldita ropa y los malditos zapatos y echar a correr entre los eucaliptos, pringarte las manos de tierra y darte un chapuzón en alguna parte. Por eso es la parte menos poblada de Australia, y por eso, aunque Darwin fue uno de los primero sitios por descubrir por los europeos, nadie le echó cuenta.
Litchfield, sin embargo, tiene un conjunto de cascadas muy bonitas (libres de cocodrilos). Fuimos a ver 3 de ellas. Antes de las cascadas paramos a ver los nidos de termitas, en Batchelor.

Las "termitas catedral" construyen el nido con forma de catedral, como su nombre indica. El nido está hecho de hierba masticada, tierra y excremento. Estos termiteros resisten las lluvias torrenciales y los fuegos. Son sólidos como la roca, pero por dentro están huecos. Las termitas los construyen de forma que regulan la temperatura del interior, por el flujo del aire.
Los otros termiteros que vimos son los termiteros de las "termitas magnéticas". Estos termiteros son planos, como lápidas, y muy estrechos. Se llaman "magnéticas" porque los termiteros están en disposición norte-sur, como las brújulas. De esta forma el sol calienta el lado este y lado oeste, pero nunca calienta el termitero en la hora más calurosa, cuando está más alto, pues no hay superficie para ello. Una forma curiosa de regular la temperatura también.
Hay también otro tipo de termitas que vive en el suelo y construyen pequeños montículos al pie de los árboles. Se van comiendo el árbol por dentro, hasta fabricar un didjeridoo. Cuando en el suelo hace demasiado calor, fabrican el nido en las ramas.

La primera cascada que visitamos es Florence Falls. (En realidad son dos). Este parque es muy popular, y es lugar de los domingos de la gente de Darwin, así que estaba bastante llena.
La siguiente visita la hicimos las mujeres andando (los hombres se fueron en el 4x4) por entre los árboles, como verdaderas aventureras, por un camino que apenas se veía, no estaba muy marcado. Buley Rockhole es un conjunto de piscinas naturales, como en La Vera (Cáceres), conectadas por cascaditas por las que puedes resbalar. Intenté escalar río arriba hasta el principio, pero es muy largo, y tampoco teníamos mucho tiempo.

La última cascada fue Wangi Falls. En la estación húmeda la cierran, porque la fuerza del agua es tremenda y varias personas han muerto. Este lugar era como un Spa: había arriba en la roca un agujero en el caben 3 personas, con agua caliente, que venía desde una piscina más grande a la que no se podía subir; y a su derecha caía un chorro de agua fría. La otra cascada es más corriente. El lugar es muy bonito y muy verde, la piscina está rodeada de pandanus y de unos árboles inmensos llenos de murciélagos durmiendo la siesta.
Alrededor de las cascadas hay mesas de picnic y barbacoas, y fue donde comimos el último almuerzo.
Cené de gratis en Darwin, con dos de las chicas, en un lugar para el que teníamos unos tickets que el guía del tour nos dio.
Los dibujos son a partir de mi memoria, pero espero que sean suficiente para tener una idea.

The Top End: Dia 3



El segundo día en el parque fuimos a ver cascadas, Twin Falls y Jim Jim Falls. Después de pasar una noche de migraña, me levanté a las 6.30 de la mañana, desayunamos, preparamos los sandwiches y nos fuimos.

El camino fue bastante duro, pasamos aproximadamente dos horas conduciendo en terreno arenoso, entre árboles esmirriados y baches, atravesando ríos con posibles cocodrilos y zonas donde incluso los 4x4 se pueden quedar atrapados. Durante la época húmeda normalmente no se puede conducir, se convierte todo en un pantano.

Para llegar a Twin Falls hay que montarse en un barquito y atravesar una pequeña laguna, con cocodrilos, por supuesto. Aquí hay cocodrilos en todas partes. Esta zona del parque está rodeada por acantilados de arenisca, que se va erosionando a 1 mm/año. (1m/1000 años)


Twin Falls son dos cascadas gemelas. Ahora el agua cae lentamente y forma una charca, pero en la época de lluvias cae tal cantidad de agua que la playa desaparece, y muy posiblemente el camino que hay que andar hasta llegar allí también.

La siguiente cascada es la mejor cascada del mundo, a mi parecer. Para llegar a Jim Jim Falls no hay barco, hay que repechar por rocas durante 1km, ¡como me gusta a mí!. "Jim" en aborígen significa Pandanus, es un árbol que parece una palmera, no muy grande; "Jim Jim" entonces significa "muchos Pandanus". Hoy el cielo estaba raso y el calor era agobiante, pero Jim Jim merece la pena.

Siento no poder enseñar fotos a partir de aquí, la batería de la cámara se agotó, pero he hecho un par de esquemas para acordarme luego, porque la batería de mi memoria tampoco anda muy buena... Los manchurrones son personas, yo soy la que se hace la muerta en el medio del agua.


Jim Jim es espectacular. También estaba seca, pero creo que es mejor así. En esta laguna sí está permitido bañarse porque los guardabosques cada año buscan cocodrilos, los capturan y los llevan a otro lugar. Y es obligatorio bañarse, en parte por el calor y en parte por la experiencia. Es casi circular, y está rodeada casi al completo por las paredes del acantilado. El agua es negra, y da bastante miedo, está completamente quieta y no se oye nada. Yo no se cuanto tiempo me pasé en el agua, quizás una hora. Estuve nadando casi todo el perímetro y escalando algunas rocas con los canadienses y Tony el inglés.
Nos comimos los sandwiches y nos fuimos de vuelta a otro campamento. La mitad de los compañeros nos abandonaron, porque ellos solo habían contratado el tour de dos días.
Esa tarde cenamos una auténtica barbacoa de carne de canguro y salchichas de búfalo, y toda la comida que nos quedaba la convertimos en ensaladas. Por la noche no pude dormir en condiciones porque se oían pisadas todo el rato: resulta que eran wallabies, que salen a comer y se recogen al amanecer.