Estuvimos en Melbourne (capital del Estado de Victoria) dos días antes de la excursión y 4 días después, a partir del 11 de diciembre.
Nos quedamos en King Street, en una habitación de 16 camas, y donde el vecino de debajo de mi litera tenía unos pies biopeligrosos. Las dos primeras noches tuvimos suerte, porque nos pusieron en un dormitorio de 4, y pagamos lo mismo que si hubiese sido el de 16.
Vimos el centro de Melbourne en un rato, corriendo detrás de Julia que iba buscando urgentemente una tienda. Los siguientes días vimos South Bank, Parklands, un trocito sólo del jardín botánico (porque son iguales en todas las ciudades que vimos), el río, la plaza Federation Square, y nos montamos en el tranvía turístico. Hicimos una excursión de un día entero, al Museo de Melbourne y un dia cenamos en los puestos de Victoria Markets. También fuimos al barrio Saint Kilda, que es más hippy, está lleno de gente extraña y de pastelerías.
En Melbourne hay muchos restaurantes y bares con comidas de todas partes de Europa y de Asia. Hay una gran población griega e italiana allí.
A la pregunta "¿Qué prefieres, Melbourne o Sydney?" respondo "Sydney". Sydney es más limpia, más grande, más elegante, con más agua alrededor y parece más entretenida.
Ambas capitales creo que se disfrutan más sólo si vives allí durante un tiempo, porque atracciones turísticas tienen pocas, a mi parecer.
En Melbourne estábamos ya cansadas de viajar, de vivir en una maleta, de estar fuera de casa… Julia y Hannah hablaban en alemán entre ellas cada vez más, Cyrielle hacía fotos de nosotras en todo momento, y yo me acordaba de la pata de jamón que siempre hay en mi casa.
El día 15 despedimos a Hannah y nos fuimos las que quedamos al aeropuerto diminuto de Avalon.
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