Me despedí de Julia el viernes 18 y de Mim y Cyrielle el 21. Parece mentira que las Navidades estuvieran tan cerca. El árbol estaba puesto, y los regalos bajo él también, pero el calor era insoportable, y no pegaba nada.
El 23 de diciembre me llevaron al aeropuerto internacional de Brisbane y lloré.
See you, Australia.
See you, Australia.

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